Pero algo no me cuadraba.
Consulté otras fuentes, investigué publicaciones de expertos y arqueólogos locales… y descubrí lo que muchos ya sospechan: no hay pruebas firmes de que sea romana. Es más, estudios arqueológicos recientes apuntan a que se trata de un camino posterior, probablemente medieval o moderno, aunque con un aspecto “clásico” que induce al error.
Esto me llevó a una reflexión que comparto aquí:
🤖 La IA no miente… pero tampoco sabe
La inteligencia artificial no tiene criterio propio. No piensa, no investiga, no contrasta. Aprende de lo que encuentra en internet y responde en base a probabilidades, no a certezas. Si muchas webs repiten un error, la IA lo replicará como si fuera verdad.Y en este caso, muchas webs turísticas lo hacen.
🌐 El problema está más allá de la IA
Vivimos en un ecosistema digital donde abundan los contenidos poco rigurosos, los artículos decorativos sin fuentes fiables, las webs que priorizan el atractivo turístico sobre la fidelidad histórica.La IA amplifica lo que ya está ahí. Por eso el verdadero problema no es la IA, sino lo que le damos de comer: nuestras fuentes, nuestras repeticiones, nuestras omisiones.
🧭 ¿Cómo actuar entonces?
- Cuestionar lo que leemos, incluso lo que dice una IA.
- Investigar, contrastar, buscar estudios y trabajos especializados.
- No dar por cierto lo más repetido.
- Usar la IA como punto de partida, no como voz final.
📝 En resumen
La IA puede ser útil, pero no es infalible. No sustituye al criterio humano, a la experiencia, ni al pensamiento crítico. En esta época de saturación informativa, nuestra responsabilidad como usuarios y profesionales es filtrar, dudar y verificar.Y a veces, una simple pregunta como “¿realmente esta calzada es romana?” puede abrirnos los ojos a un mundo mucho más interesante que el que ofrece una respuesta automática.